Agentes de la Policía Nacional, en colaboración con EUROPOL y la Policía Nacional francesa, han desarticulado una organización criminal afincada en Girona dedicada presuntamente al tráfico de seres humanos, tráfico de drogas y a la falsificación de moneda.
El entramado, que tenía conexiones con otras redes de crimen organizado como la Camorra napolitana, habría participado en el tráfico de más de 500 migrantes llegados en patera a España con Francia como destino principal, así como en más de 60 operaciones de compraventa de droga, lo que les habría reportado importantes beneficios. Hay 13 detenidos en Figueras (Girona), cinco en Barcelona y cuatro en La Junquera (Girona).
La investigación se inició tras una operación anterior en la que se logró desmantelar una organización criminal dedicada al tráfico ilegal de migrantes sirios. Las indagaciones de los agentes permitieron averiguar la existencia de otro entramado criminal, asentado en Girona, que colaboraba con la red desarticulada y que estaba integrada por ciudadanos de nacionalidad marroquí especializados en el tráfico ilegal de migrantes argelinos y marroquíes, en el tráfico de drogas y en la falsificación de moneda.
Desde Marruecos y Argelia hasta Francia
La organización, en perfecta coordinación con otras redes de tráfico de personas afincadas en los países de origen -Marruecos y Argelia-, recogía a migrantes recién llegados en patera a las costas españolas y los trasladaban por carretera hasta diversos pisos de seguridad ubicados en la provincia de Girona donde permanecían ocultos, en condiciones de hacinamiento e insalubridad, el tiempo necesario hasta que se organizaba su traslado a Francia, principalmente a la localidad de Perpiñán. Para ello contaban con una importante flota de vehículos, algunos con matrículas francesas para pasar desapercibidos, que incluía coches lanzadera para detectar y sortear la presencia policial.
El entramado criminal se aprovechaba de la situación de necesidad y vulnerabilidad de los migrantes y les cobraban cantidades abusivas por sus servicios. Así, los migrantes debían pagar 4.000 euros por ser recogidos en la costa, 1.000 euros por ser trasladados hasta los pisos de seguridad, 250 euros semanales por permanecer en esos pisos y 500 euros más por el traslado clandestino a Francia, o 1.500 euros en caso de querer llegar a Italia.