La Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA), comúnmente conocida como “gota fría”, es un fenómeno meteorológico que causa lluvias torrenciales, inundaciones y fuertes vientos. En el caso de la Comunidad Valenciana ha tenido efectos devastadores con cientos de muertos, personas desaparecidas y cuantiosos daños materiales.
Ante este tipo de emergencias, surge la pregunta de si sería viable declarar el estado de alarma en Valencia para gestionar de manera más efectiva la crisis. La Constitución Española establece el estado de alarma como un recurso excepcional que puede aplicarse en situaciones de catástrofe, crisis sanitaria, paralización de servicios públicos esenciales o desabastecimiento de productos básicos.
¿Qué implica el estado de alarma?
En situaciones de catástrofe natural, como podría ser una DANA de gran magnitud, el estado de alarma permitiría a las autoridades coordinar recursos de emergencia de manera más centralizada, movilizar fuerzas de seguridad y exigir a la población que siga ciertas directrices para proteger su seguridad. Esta medida podría facilitar, por ejemplo, la evacuación de zonas peligrosas o el cierre de carreteras sin demoras administrativas.
¿Cuándo se puede aplicar en catástrofes naturales?
En el contexto de catástrofes naturales —como terremotos, inundaciones, incendios forestales o situaciones de lluvias torrenciales (por ejemplo, DANAs)— el estado de alarma permite al Gobierno y a las autoridades locales tomar medidas especiales que pueden incluir la movilización de recursos de emergencia adicionales, el refuerzo de servicios de protección civil, y, en algunos casos, la reubicación forzosa de personas en zonas de alto riesgo. Esta declaración se realiza cuando las circunstancias superan la capacidad de respuesta de los medios ordinarios y los servicios de emergencia locales.
¿Qué medidas permite tomar?
La declaración del estado de alarma otorga a las autoridades el poder para:
– Coordinar recursos de manera centralizada, permitiendo la colaboración entre las fuerzas de seguridad del Estado, los bomberos, la Unidad Militar de Emergencias (UME), y otros servicios.
– Limitar el tránsito o establecer restricciones de acceso en zonas afectadas para proteger a la ciudadanía y facilitar el trabajo de los equipos de emergencia.
– Movilizar y reasignar recursos tanto materiales como humanos, incluyendo personal sanitario, fuerzas de rescate y voluntarios.
– Ordenar evacuaciones obligatorias en áreas afectadas.