Un policía nacional que se encontraba franco de servicio en una Playa de Puntagorda (Tenerife) estaba paseando con su hija cuando de repente observó una aglomeración de personas que miraban al mar.
Sospechando que algo pudiera estar sucediendo, y haciendo valer su vocación de policía las 24 horas del día, detectó que una joven era arrastrada por la corriente mar adentro.
El agente, que había recibido recientemente formación en rescate acuático, no dudó en lanzarse en su ayuda para salvarle la vida.