La investigación se inició en Sevilla, cuando la Policía Nacional comprobó a través de mecanismos de coordinación interterritorial y del departamento de seguridad de una concreta entidad bancaria que, al menos, 33 clientes de la misma habían sido víctimas de una nueva modalidad de estafa, conocida por smishing o fraude por mensaje de texto, causando un perjuicio económico que ascendió a más de 30.000 euros.
Se trata de una variante del ya conocido phishing, en la que los ciberdelincuentes convencen a sus potenciales víctimas para que hagan click en un enlace, usando un atractivo mensaje SMS que reciben en sus teléfonos móviles.
A través de este enlace, la persona que esta cometiendo la estafa puede, conseguir directamente nuestra información privada, o bien, descargarse programas malintencionados en nuestros teléfonos móviles o Smartphone.
Los denunciantes recibieron el SMS en sus teléfonos y accedieron posteriormente, a través del enlace, a una página fraudulenta que era muy similar a la de su banco, donde, en la falsa creencia de que estaban operando con su entidad, facilitaron sus datos personales a los ciberdelincuentes.
Posteriormente, con esos datos y mediante la utilización de la tecnología el autor de los hechos sacó dinero en efectivo en diversos cajeros de Sevilla, sin necesidad de hacer uso de la tarjeta física.
Los agentes, tras dos años de gestiones de investigación, entre las que se encuentran, el cotejo del uso de casi 2.000.000 de terminales móviles que utilizaron los cajeros objeto de la investigación en el periodo establecido, se identificó y localizó al autor de estos hechos, quien ya había sido detenido en otra provincia de Andalucía, donde permanece en prisión por hechos similares.
