La Guardia Civil, en el marco de la operación “Mizu III”, ha investigado o detenido a 92 personas por la comisión de 106 delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente, contra la ordenación del territorio, defraudación de aguas y fluido eléctrico. En la operación se han realizado 1.724 inspecciones en diversas explotaciones y 326 controles.
Además, se han denunciado 2.341 infracciones administrativas, principalmente por incumplimientos a la normativa de aguas (67 %). También se han interpuesto 347 denuncias a la normativa sobre urbanismo y ordenación del territorio, y 312 a la normativa sobre minas.
Como resultado del gran número de servicios realizados, de inspecciones y de controles, se ha observado un aumento en el número de infracciones penales y administrativas. La Guardia Civil, en general, y el Seprona, en particular, desarrolla una constante actividad en la lucha contra la desertificación, en la protección de un bien escaso como es el agua y en minimizar riesgos ante el potencial peligro que representan los sondeos abandonados y pozos en explotación carentes de las preceptivas medidas preventivas de seguridad.
Infraestructuras ilegales
La operación “MIZU III” se ha materializado a través del control y vigilancia de aprovechamientos de agua, principalmente los subterráneos.
En la ejecución de los referidos controles e inspecciones se han detectado un total de 1.342 infraestructuras ilegales asociadas a la captación ilegal de aguas. Más del 80 % de estas infraestructuras se corresponden con pozos y sondeos, encontrándose también otras infraestructuras de captación ilegal de aguas de diversa naturaleza (balsas, canalizaciones de riego y cauces de ríos o arroyos). Las principales conductas irregulares detectadas son la carencia de autorizaciones, la distracción de agua de su curso sin autorización, carencia de medidas de seguridad o la manipulación, mal funcionamiento o carencia de contadores volumétricos.
Uso de nuevas tecnologías
El Seprona ha hecho uso de la teledetección aplicada a la lucha contra las extracciones ilegales de agua. Estos datos permiten analizar la evolución a lo largo del tiempo de los usos del suelo y de las prácticas agrícolas realizadas en cualquier finca rústica. En los últimos años se ha mejorado en la elaboración de inteligencia gracias al uso de imágenes de satélite, aviones o drones, así como el software con el que cuenta la Guardia Civil para el análisis de este tipo de datos.
En general, las técnicas de teledetección, aunque complejas en su manejo, complementan las inspecciones de campo y permiten orientar y dirigir las inspecciones e investigaciones a ejecutar al objeto de identificar la existencia de técnicas de captación ilegal.