Agentes de la Policía Nacional han detenido en Logroño a un entrenador de fútbol por presuntamente abusar sexualmente de varios menores de edad a los que prometía un futuro profesional en el mundo deportivo.
El arrestado contactaba con las víctimas, hay ocho identificadas hasta el momento, a través de redes sociales o de aplicaciones de mensajería instantánea para solicitarles fotografías íntimas Y encuentros personales.
Se han intervenido numerosos archivos de carácter sexual en los que estaban involucrados menores que conocía del mundo deportivo riojano y otros menores que aun no se encuentran identificados. En total se han localizado y examinado 62.986 archivos multimedia –más de 29 Gb- de índole sexual en los que aparecían menores de edad.
La investigación continúa abierta y no se descarta la aparición de nuevas víctimas debido a los años que el arrestado ejerció como entrenador deportivo. Al arrestado se le atribuye un delito de pornografía infantil, cinco de corrupción de menores, tres delitos de abusos sexuales por tocamientos y otros tres de child-grooming.
La primera denuncia fue clave para detectar siete víctimas más
La investigación se inició el mes de junio del pasado año tras recibirse una denuncia por abusos sexuales a un menor en el que se apuntaba a un varón que ejercía como entrenador de fútbol en la capital riojana. Tras las gestiones realizadas por los agentes, se consiguió identificar al presunto autor y fue arrestado en la localidad de ventas Blancas (La Rioja) el mes de agosto del pasado año, momento en el que se le incautó un teléfono móvil y una tableta.
Tras el primer arresto los agentes iniciaron una investigación en la que se conoció, tras diez meses de pesquisas, la existencia de al menos siete víctimas más que tenían entre 15 y 18 años cuando sucedieron los hechos. Las investigaciones permitieron determinar que el presunto autor del primer hecho denunciado actuaba de la misma manera con el resto de jóvenes, contactado con ellos a través de mensajes privados en redes sociales o de aplicaciones de mensajería instantánea para hacerles sentir importantes y valiosos, indicándoles que desde su posición de entrenador y de ojeador de futbolistas podía conseguirles contratos con un equipo profesional o mejorar su situación deportiva.
Una vez que conseguía más confianza con las víctimas, menores a los que ya conocía del mundo del futbol, comenzaba a tratar de entablar conversaciones de índole sexual en las que les solicitaba fotografías de sus partes íntimas y les pedía citas para verse a solas. Incluso, a alguno de ellos, llegó a ofrecerle dinero por realizar conductas sexuales. Los jóvenes que finalmente accedían a alguna de las peticiones, sentían el temor de que de no acceder pudieran verse perjudicados en su actividad deportiva.
Los agentes también pudieron corroborar que llegó a realizar tocamientos a algunos de los menores. También averiguaron que llegó a convencer a uno de ellos para que se trasladara con él a otra ciudad bajo la falsa apariencia de firmar un contrato con un equipo profesional, proponiendo al joven acudir a un hostal para mantener relaciones que finalmente el menor declinó.
La investigación continúa abierta y no se descarta que puedan aparecer nuevas víctimas debido a los años en los que el presunto autor de los hechos ha ejercido como entrenador y ojeador de fútbol.