Las contraseñas son las llaves que dan acceso a nuestros servicios y por ende a nuestra información personal por lo que si alguien las consigue puede comprometer nuestra privacidad, pudiendo entre otras cosas: publicar en nuestro nombre en redes sociales, leer y contestar a correos electrónicos haciéndose pasar por nosotros, acceder a nuestra banca online, etc.
Para evitar riesgos derivados de una mala gestión de las contraseñas, te facilitamos unos consejos muy fáciles de aplicar:
- No compartas tus contraseñas con nadie. Si lo haces, dejará de ser secreta y estarás dando acceso a otras personas a tu privacidad.
- Asegúrate de que son robustas. Están formadas por al menos 8 caracteres: mayúsculas, minúsculas, números, caracteres especiales. Utiliza alguna regla mnemotécnica para recordarlas.
- No utilices la misma contraseña en diferentes servicios. Siempre claves diferentes para servicios diferentes.
- Cuidado con las preguntas de seguridad. Si las utilizas, que sólo tú y nadie más sepa las respuestas.
- Utiliza gestores de contraseñas. Si te cuesta memorizar las contraseñas o utilizas muchos servicios, apóyate en estos programas, son muy útiles y sencillos de manejar.