La Sección Segunda de la Audiencia de Navarra ha condenado a 4 años y un día de prisión a un hombre de 53 años que abusó sexualmente de forma continuada de una menor de 10 años en la comarca de Pamplona.
El procesado deberá indemnizar con 9.000 euros a la víctima, a la que no podrá acercarse ni comunicarse con ella durante 6 años, Además, según recoge la sentencia, que puede ser recurrida ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, se le ha impuesto una medida de libertad vigilada, a ejecutar con posterioridad a la pena privativa de libertad, de 5 años.
En la determinación de la pena, al inculpado, que tiene una “precaria situación económica, se le ha estimado, “pese a lo escaso” de la cantidad, la atenuante de reparación del daño por haber consignado 800 euros.
El acusado tenía en 2016 y 2017 una relación de amistad con la familia de la víctima y, de hecho, su hija era “íntima amiga” de ella, y ambas eran compañeras de un equipo de balonmano, motivo por el que pasaban mucho tiempo juntas.
La sentencia considera probado que el encausado aprovechó algunos momentos en que se quedaba solo con la menor, nacida en 2006, para realizarle tocamientos.
Estos abusos, que ocurrieron “con frecuencia”, se produjeron en tres situaciones concretas. La primera, y más habitual, cuando la víctima visitaba la tienda de chucherías que regentaba el condenado.
La segunda situación, según la sentencia, se producía cuando recogía con su furgoneta a su hija y a su amiga del balonmano. Entonces, dejaba primero a su hija en casa y, durante el trayecto hacia la otra vivienda, le realizaba tocamientos a la víctima.
Y, en tercer término, también se perpetraron abusos, aunque de forma menos habitual, cuando acompañaba a pie a la menor a casa, en cuyo ascensor llevaba a cabo los tocamientos.
La niña no dijo a nada a sus padres hasta agosto de 2020, cuando tenía 14 años.
Como consecuencia de estos hechos, la menor presenta “malestar emocional”, como “pensamientos intrusivos que le generan malestar psicológico, estado de nerviosismo, irritabilidad, sentimientos de tristeza y temor al estigma social”, unos síntomas que, según la sentencia, sería conveniente se trataran con apoyo psicológico.
Reconoció y pidió perdón de los abusos por WhatsApp
En el juicio, celebrado el pasado 4 de abril, el Ministerio Fiscal solicitó una condena de 4 años y 6 meses de prisión. Por su parte, la acusación particular reclamó 6 años, mientras que la defensa abogó por la absolución.
En cuanto a las pruebas de cargo, la Sección Segunda de la Audiencia destaca la declaración de la menor, “seria y constante, que lejos de completar su narración con exageraciones o datos, dado el tiempo transcurrido, se ha limitado a narrar de forma concreta aquello que recordaba con total seguridad”.
La menor, según el tribunal, describió “con gran fortaleza” las situaciones vividas y en su testimonio no se aprecia móvil espurio alguno.
Su declaración, además, fue corroborada periféricamente por el testimonio de su madre, así como por unos mensajes de WhatsApp enviados por el acusado en los que venía a admitir los hechos y pedía perdón. En el juicio negó haber enviado los mensajes a la madre de la niña, pese a que durante la instrucción lo admitió.
Al respecto, un perito informático corroboró en la vista oral que no se había producido alteración o manipulación ni en el terminal telefónico ni en la aplicación de mensajes, de forma que los magistrados no albergan dudas de la autenticidad de los mismos.
De igual forma, los jueces resaltan el dictamen de la psicóloga forense, quien valoró como “altamente creíble” el relato de la víctima y detectó, como consecuencia de los abusos sufridos, algunas secuelas, como el citado malestar emocional.