La Psicología de la atracción: ¿por qué nos atraen tanto los sucesos?

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La crónica negra, también conocida como periodismo de sucesos, es un género que ha cautivado a la sociedad desde tiempos inmemoriales.

Con su enfoque en los crímenes, accidentes, y misterios, este tipo de periodismo explora el lado más oscuro y perturbador de la humanidad. La fascinación por estos relatos es innegable y, aunque puede parecer morbosa, revela mucho sobre la naturaleza humana y el papel del periodismo en la sociedad.

La crónica negra tiene sus raíces en el siglo XIX, cuando los periódicos comenzaron a cubrir ampliamente crímenes y desastres.

En esa época, las historias de asesinatos y robos eran relatadas con un dramatismo que atrapaba a los lectores, quienes ansiaban conocer los detalles más sórdidos y escabrosos. Ejemplos emblemáticos como el caso de Jack el Destripador en Londres o los crímenes de H.H. Holmes en Chicago marcaron el inicio de una era donde el crimen se convertía en espectáculo mediático.

La Psicología de la Atracción: ¿por qué nos atraen tanto estos relatos oscuros?

La respuesta puede encontrarse en una combinación de factores psicológicos y sociológicos. En primer lugar, la crónica negra satisface nuestra curiosidad innata por lo prohibido y lo desconocido. Nos ofrece una ventana segura para explorar el mal y el caos sin exponernos directamente a ellos. Además, estas historias nos permiten experimentar emociones intensas como el miedo y la indignación desde la comodidad de nuestros hogares.

Otro aspecto clave es la función catártica de la crónica negra. Al enfrentarnos a historias de violencia y tragedia, podemos procesar nuestros propios miedos y ansiedades. Ver que la justicia puede prevalecer, o al menos que el mal es identificado y condenado, nos proporciona una sensación de orden y seguridad.

El impacto del periodismo de sucesos en la sociedad

El periodismo de sucesos no solo satisface curiosidades personales, sino que también cumple una función social crucial.

Al informar sobre crímenes y catástrofes, los medios de comunicación alertan al público sobre los peligros potenciales y las injusticias que existen en nuestra sociedad. Esta función de vigilancia contribuye a la transparencia y puede impulsar reformas legales y sociales.Sin embargo, la crónica negra también tiene un lado oscuro. La cobertura sensacionalista y el amarillismo pueden distorsionar la percepción pública del crimen y la seguridad.

Los medios de comunicación a menudo exageran ciertos tipos de delitos mientras ignoran otros, creando una narrativa que puede alimentar miedos irracionales y prejuicios. Además, el enfoque excesivo en los detalles macabros y las especulaciones puede deshumanizar a las víctimas y a sus familias, convirtiendo sus tragedias en mero entretenimiento.

La Delgada Línea Entre la Realidad y la Ficción

La popularidad de la crónica negra ha trascendido el periodismo, infiltrándose en la literatura, el cine y la televisión.

Las novelas de detectives, las series de crímenes reales y los documentales sobre asesinos en serie son solo algunas de las formas en que consumimos estos relatos.

Esta mezcla de realidad y ficción a menudo difumina las líneas entre lo que es verdaderamente informativo y lo que es puramente entretenimiento.Series como «Mindhunter» o «True Detective», y documentales como «Making a Murderer», han capturado la imaginación del público al ofrecer una visión profunda y a menudo perturbadora del crimen y la psicología criminal. Estas producciones no solo entretienen, sino que también invitan a la reflexión sobre la naturaleza del mal, la justicia y la verdad.


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