En España, durante el año 2023 se identificaron 294 víctimas de trata de seres humanos con fines de explotación sexual y 370 víctimas de explotación sexual, es decir, más de 650 personas han sido víctimas de la explotación sexual en nuestro país. El 98% de estas víctimas son mujeres.
La trata de seres humanos es considerada como una de las formas de criminalidad que más beneficios genera junto con el tráfico de drogas y de armas, manteniendo unos fuertes vínculos con la delincuencia organizada trasnacional. En España constituye un delito en el que los autores captan y transportan a las víctimas para, mediante el uso de amenazas, violencia, coacciones u otras formas abuso, explotarlas obligándolas a prostituirse bajo un supuesto consentimiento y obteniendo un gran beneficio económico.
En la explotación sexual, similar a la trata de seres humanos, las organizaciones criminales obligan a las víctimas a ejercer la prostitución mediante el uso de la violencia, engaño, manipulación o intimidación, con el objetivo evidente de obtener un beneficio económico del que la víctima percibe lo imprescindible para mantener una vida en condiciones deplorables. Teniendo que pagar en ocasiones una contrapartida a los propios delincuentes.
En los últimos años, la prostitución se ha trasladado de lugares públicos como la calle o los clubs de alterne a espacios residenciales de carácter privado tales como pisos o chalets, donde sin legalización ni licencia de ningún tipo de actividad, se benefician del anonimato que aportan este tipo de ubicaciones. Aprovechando, además, la protección legal que el status de domicilio otorga a estos lugares.