Agentes de la Policía Nacional detuvieron ayer en pleno centro de Madrid, en una operación conjunta con la Polizia di Stato de Italia, a un fugitivo al que le constaba una Orden Europea de Detención y Extradición interpuesta por las autoridades italianas por presuntos delitos de tráfico de drogas y blanqueo de capitales.
Se trata de una persona extremadamente violenta y que en otras ocasiones había utilizado armas de fuego. También ha sido detenida su pareja sentimental, a quien se le acusa de falsedad documental.
Las investigaciones comenzaron durante el pasado mes de junio, cuando el equipo especializado de búsqueda de fugitivos en Italia, parte de la red ENFAST (Red Europea de Equipos de Búsqueda Activa de Fugitivos), informó a la Policía Nacional de España sobre dos peligrosos criminales que habían evitado su detención en una operación policial en la que se detuvo a 25 personas en el país transalpino, habiendo huido del territorio italiano.
Allí, la Polizia di Stato desarticuló una potente organización dedicada presuntamente al tráfico de drogas y al blanqueo de capitales. Sus miembros eran personas extremadamente violentas, quienes recurrían habitualmente al uso de armas de fuego tanto para ajustar cuentas con otras bandas como para robar estupefacientes a las mismas, modalidad delictiva conocida como “vuelco”.
En el marco de la investigación, los agentes italianos constataron que los dos huidos habían organizado la venta de tres kilogramos de cocaína en un hotel de la ciudad italiana de Cagliari, quienes, en el momento de la transacción, acribillaron a los compradores causándoles graves heridas. Seguidamente abandonando con tranquilidad el hotel, tras apoderarse tanto del estupefaciente como del dinero de los compradores.
Los investigadores de ENFAST Italia, tras la pista de estos dos delincuentes, consiguieron indicios que apuntaban a que uno de ellos podría encontrarse oculto en España, trabajando conjuntamente con la Policía Nacional española para tratar de localizar el lugar en el que se escondía.
Esta labor se complicó de forma considerable en un principio, ya que el fugado hablaba varios idiomas de forma fluida y hacía uso de múltiples documentos falsos de diversas nacionalidades.