Un septuagenario estaba tranquilamente en una plaza de Motril, cuando de repente se desploma y se golpea fuertemente la cabeza con un bordillo.
Acto seguido, un inspector de policía fuera de servicio que se percata de la situación no duda un instante en acercarse y presionar la herida de más de 10 centímetros causada tras el golpe.
Tras más de una hora presionando, consigue finalmente detener la hemorragia hasta la llegada de la ambulancia que lo trasladó al hospital.