Se necesitan al menos tres personas muy bien coordinadas para cometer este tipo de delito.
Suelen actuar en las inmediaciones de entidades bancarias con el objetivo de localizar a posibles víctimas, que serán personas mayores o muy vulnerables que realicen reintegros de dinero o para averiguar el PIN de sus tarjetas/libretas bancarias mientras realizan otra operación.
Cuando la víctima abandona el banco, los ladrones seleccionan la técnica más adecuada para robarles.
En ocasiones uno de los autores finge un desmayo frente a la víctima y otro le pide ayuda. Un tercero es el que se apodera del dinero o efectos, para después volver al cajero y extraer el máximo dinero posible en efectivo.
Otras veces fingen que a la víctima se le ha caído algo para despistarla. Normalmente este tipo de organizaciones criminales se mueve por todo el territorio nacional, lo que dificulta la investigación policial.
Eligen personas vulnerables para realizar rápidamente el delito sin ser descubiertos y poder huir del lugar sin que los integrantes del grupo sean relacionados entre sí.