La Guardia Civil aumenta las inspecciones en todo el territorio nacional para garantizar la seguridad agroalimentaria con motivo de las fiestas navideñas.
El compromiso del SEPRONA se refleja en esta campaña que, de cara al incremento del consumo durante las fiestas de Navidad, pretende controlar el comercio y distribución ilegal de productos alimentarios, especialmente de los de consumo habitual en estas fechas: mariscos y pescados, carnes y bebidas ya que, aprovechando la alta demanda, algunos individuos o, incluso, organizaciones criminales intentan introducir en el mercado productos que no se ajusten a las normas de control higiénico-sanitarias y, por tanto, no son aptos para el consumo humano.
El SEPRONA aumenta el control en los alimentos más demandados
Los alimentos que a diario se cultivan, crían, producen, distribuyen, comercializan y consumen por las personas, principalmente se pueden clasificar en origen animal o vegetal, siendo las explotaciones agrícolas, ganaderas y pesqueras el primer eslabón de la cadena agroalimentaria.
Por ello, el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) dirige sus esfuerzos a realizar labores de vigilancia y prevención en torno a las actividades desarrolladas en estas explotaciones, caladeros de pesca, piscifactorías, zonas de marisqueo, así como mataderos y aquellos lugares de interés de origen nacional e internacional.
La fraude agroalimentario contempla un amplio rango de actos intencionados que van desde infracciones administrativas hasta ilícitos penales, como por ejemplo: delitos contra la salud pública, falsedad documental, estafa, organización criminal, delitos contra la hacienda pública y delitos contra el mercado y el consumidor, que pueden sucederse en cualquier etapa del proceso de producción, envasado, almacenamiento y distribución de un alimento.
Uno de los objetivos principales es detectar indicios de falsificación de etiquetados y fraude en marcas de calidad diferenciada (denominaciones de origen protegida -DOP- e indicaciones geográficas protegidas -IGP-) la adulteración y venta de productos caducados o en mal estado, el almacenaje, transporte y distribución de alimentos sin control sanitario o sin los requisitos legales. La falta de transparencia en cuanto a los datos en las inspecciones sanitarias fundamentales para garantizar la seguridad de los productos genera que este tipo de fraude sea habitual.
Por ello, el consumidor tiene derecho a que le muestren la información mínima en el etiquetado que acredita la legalidad del producto, a exigir que se certifique que se trata de un producto fresco y que demuestre su trazabilidad. En el mismo tiene que estar claramente detallada, de acuerdo a la normativa, la información básica sobre la especie, el origen, la fecha de caducidad o consumo preferente, entre otros.
Son muchas las operaciones que el SEPRONA realiza a lo largo del año para perseguir estas conductas ilegales y en la actual campaña se potencia su función de control sobre los productos susceptibles de mayores irregularidades tales como la falsificación del cava bajo la figura de calidad diferenciada; el caviar común que se hace pasar por caviar iraní; paletas o jamones con falsos precintos ibéricos sin cumplir los tiempos de curación mínimos y pescados congelados bajo la falsa apariencia de productos frescos.