La Guardia Civil, en el marco de la denominada operación “Terral”, ha detenido a dos hermanos en Málaga que, mediante el uso de múltiples identidades falsas, se dedicaban a adquirir armas de fuego en el extranjero para posteriormente introducirlas ilegalmente en nuestro país y manipularlas en un taller clandestino instalado en su domicilio.
La investigación se inició a principios de este año cuando a través de los canales de cooperación policial internacional se tuvo conocimiento sobre una persona residente en España que había adquirido en un país del este de Europa varias pistolas de última generación, originalmente letales (calibre 9 mm. parabellum) pero recalibradas al sistema flobert. De esta forma son de venta libre en ese país pero no así en España, donde para su legal adquisición y tenencia se precisa licencia de armas.
Este tipo de armas son fácilmente manipulables para revertirlas de nuevo a su calibre original (letal), siendo esta una de las principales fuentes ilegales de armas a nivel europeo.
Los especialistas en tráfico de armas de la Jefatura de Información (UCE3) de la Guardia Civil iniciaron una investigación que permitió averiguar que el DNI, utilizado para las compras de estas armas, había sido falsificado mediante programas informáticos.
Los agentes identificaron a esta persona, un residente de la ciudad de Málaga, que carecía de cualquier licencia de armas. La investigación determinó que esa primera compra no fue un hecho aislado. Este individuo contaba con la colaboración de su hermano y llegaron a falsificar hasta siete DNI para adquirir numerosas armas de fuego y munición en diferentes países como Eslovaquia, República Checa o Francia.
Las armas adquiridas se trataban de subfusiles catalogados como armas de guerra, pistolas y revólveres; que dadas sus reducidas dimensiones son las más demandadas por las organizaciones criminales por su potencia de fuego y su facilidad de ocultación.
Asimismo, además de armas y municiones, también habían adquirido maquinaria como un taladro vertical de columna, amoladoras y otras herramientas y accesorios propios de los talleres clandestinos donde se manipulan armas de fuego.
Entre este material, destacaba una cabina insonorizada de uso profesional de grandes dimensiones, valorada en más de 6.000 euros, que se sospechaba utilizaban para disparar y probar las armas que manipulaban en su propio domicilio y de esta forma no alertar a los vecinos.