La Guardia Civil, en el marco de la operación “MATALAF”, desarrollada en la provincia de Valencia, ha procedido a la detención 7 personas, 5 son hombres y 2 mujeres, pertenecientes a una organización delictiva especializada en cometer alunizajes y butrones en establecimientos y naves industriales.
A los detenidos se les imputa los delitos de pertenencia a organización criminal, blanqueo de capitales, falsificación de documento público, contra la seguridad vial, 7 delitos de robo y hurto uso de vehículo, daños, robo con violencia e intimidación y 61 delitos de robo con fuerza.Entre los detenidos se encuentra el líder de la banda, responsable de coordinar todos los asaltos.
La operación se inició a mediados del mes de agosto, cuando los agentes tuvieron conocimiento de varios robos en empresas de los polígonos de Náquera y Lliria.
Tras las primeras investigaciones, los agentes pudieron constatar la existencia de una organización delictiva, de origen español cuya actividad principal eran asaltos a establecimientos comerciales y naves industriales. Esta banda estaba asentada en la provincia de Valencia, llegando incluso a desplazarse a la provincia de Castellón para ejecutar los robos.
En los robos, sustraían multitud de productos de alto valor, especialmente teléfonos, perfumes y electrodomésticos, para su posterior distribución ilícita en el mercado. Además, los detenidos llegaron a robar en criaderos y tiendas de animales de compañía.
Continuando con las investigaciones, los agentes comprobaron como dentro del grupo organizado había un líder, que era el encargado de seleccionar los establecimientos donde se iban a llevar a cabo los robos. Además, el resto del grupo se encontraba perfectamente estructurado donde cada miembro tenía su tarea asignada. Uno se encargaba de alquilar los vehículos, otros efectuaban labores de vigilancia a las empresas y otros realizaban el butrón días antes y se encargaban de taparlo para que no pudiera ser detectado por nadie.
La organización alquilaba y sustraía vehículos de alta gama para, posteriormente, realizar con ellos robos con fuerza, algunos mediante el método del alunizaje y otros usando el procedimiento del butrón. Asimismo, aprovechaban el fin de semana y fechas señaladas para cometer el robo y así llevarse más material.
Vestidos con ropa de trabajo para pasar desapercibidos
Para dificultar la labor policial, se vestían con monos o ropa de trabajo para pasar desapercibidos. Asimismo, cambiaban las placas de matrícula a los vehículos sustraídos que empleaban en la comisión de los robos. De esta forma, llegaron a desvalijar 14 comercios en 3 días.
Fruto de las investigaciones, los agentes localizaron una casa de campo que habían reconstruido con materiales obtenidos de los robos, convirtiéndose en un chalet en el término municipal de Lliria, donde también se localizaron los vehículos usados por la organización.
Por tal motivo, los agentes procedieron a realizar un total de 12 registros en las localidades de Burjassot, Benimamet, Alboraia, Valencia, Villamarchante y Lliria en los que se intervinieron 5 vehículos (2 de alta gama) -valorados en 100.000 euros-, 25.000 euros en efectivo y material de vigilancia (inhibidores, walkies, etc…). También se ha aprehendido 1 escopeta, 1 revolver apto para hacer fuego con diversa munición y 3 pistolas simuladas.
Además, se ha intervenido 150 teléfonos, 2 cachorros de Pomenaria -valorados en 3.400 euros-, 2000 prendas de ropa deportiva, electrodomésticos, aparatos de aire acondicionado, mobiliario (colchones, sofás, sillones, etc.), herramientas (fresadoras, taladros, radiales, etc.), diverso material de construcción, piezas de recambios de vehículos y tabaco, entre otro material.
Igualmente, se ha podido recuperar 7 vehículos sustraídos y una ambulancia medicalizada con un valor de 100.000 euros.
Por otra parte, los investigadores han esclarecido, hasta el momento más de 70 hechos delictivos cometidos por el grupo criminal, en menos de 7 meses, en las provincias de Valencia y Castellón. El valor de los efectos recuperados está valorado en más de 800.000 euros.
La operación ha sido llevada a cabo por agentes de la Guardia Civil de Bétera y Lliria, y han contado con la colaboración de la unidad especial de la Agrupación Rural de Seguridad (ARS) nº2 de Sevilla y la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia (USECIC) de Valencia.
Las diligencias han pasado a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Lliria (Valencia)