Mossos d’Esquadra
El Gobierno ha aprobado la publicación de la licitación para la incorporación de 330 vehículos de emisiones cero y bajas emisiones para la Policía de la Generalitat – Mossos d’Esquadra, financiada mediante una subvención nominativa de 18.000.000 euros del Ministerio de ‘Interior, de acuerdo con la Orden INT/1015/2023, de 6 de septiembre, por la que se conceden dos subvenciones nominativas a la Generalidad de Cataluña, para actuaciones de transición energética en edificaciones y en las flotas de vehículos de la Policía de la Generalidad – Mossos d’Esquadra.
Se trata de una licitación que asciende a 17.848.889 euros y es la mayor que se ha realizado hasta el momento por parte de la Dirección General de la Policía.
La Dirección General de la Policía, dentro del objetivo de sustitución periódica de los vehículos más antiguos y de la mejora de la flota de vehículos, adquiere los 330 vehículos transformados de diversa tipología, que sustituirán a 206 vehículos de renting y 121 de propiedad que han quedado obsoletos para seguir funcionando de forma operativa. Todas las unidades incorporan más tecnología y una mayor conectividad con el fin de facilitar el trabajo operativo y de mayor seguridad activa y pasiva.
Los vehículos que se adquirirán se distribuyen en 42 furgonetas logotipadas, 213 vehículos camuflados y 75 motocicletas, que pasan de llevar motorizaciones de combustión interna, tanto de gasolina como diésel, a 117 vehículos eléctricos y 213 de tecnología híbrida.
Esta adquisición de vehículos de emisiones cero se añade a la que ya se hizo a principios de abril de este año cuando se licitaron por valor de 7,5 M de euros 175 puntos de recarga de vehículos eléctricos en 70 edificios propiedad de los Mossos d’Esquadra y el edificio del 112.
La sustitución se enmarca en las políticas medioambientales del Departamento de Interior que ha establecido como prioridad una transformación de la flota de vehículos, que son ahora mayoritariamente de combustión interna, con lo que esto implica a nivel de emisiones de CO₂. Más aún si lo situamos en el contexto de los efectos crecientes del cambio climático, que requieren actuaciones de impacto.
